In efecto, el mentado calentamiento global, del que se viene hablando
desde hace décadas… no era tal… Últimos estudios llevados a cabo en el
Conservatorio de Ciencias Totales y Cabales, de New Dickinson, indican que el
aumento de las temperaturas, el derretimiento del chocolate y la muerte por
calcinación espontánea, correspondería simplemente a una baja en los índices
del enfriamiento global.
“El Efecto Invernadero no existe, sonaba bonito, estiloso y new age,
pero era insustentable. Creamos Greenpeace con el objetivo de deshacernos de un
vasto stock de playeras fuera de moda… pero a decir verdad no funcó. Es más, siendo
sinceros, la contaminación le hace bien al ser humano y al mundo en general, e
incluso es posible decir que hoy en día contamos con un preocupante déficit de
contaminación, que nos está volviendo más tontos. Nuestro real problema, el que
más nos atormenta en esas noches de polución incesante, es que nos estamos
enfriando cada vez menos”, manifestó Henry Magaña, eminencia en temas de
calentamiento y descalentamiento de la materia, Doctorado en Refrigeración Autóctona
Fibrilar.
Al consultarle por esta paulatina incapacidad de refrigeración, se
esgrimieron muchas teorías, desde la influencia de la cinta adhesiva que no
pega, el indiscriminado consumo de agua salada y la proliferación de las heces
fecales en la dieta de los Namahuachi; pero lejos la que más espasmos
sinápticos provoca, es la que sostiene Jackov Neumanana: “La gente anda
caliente… hirviendo, no se modera, exuda y excreta calor permanentemente y no
se preocupa por enfriarse”. Jackov, Clérigo de la Cofradía del Octavo Día, y
especialista en Mecánica Progresiva Neo-Old, manifiesta que la irradiación
térmica de los seres humanos ha alcanzado su pic en los últimos años, lo que ha
repercutido atmosféricamente. En 1956, la temperatura del globo terráqueo era
de 15ºC; en la actualidad supera los 64ºC. “Piénselo… si anda caliente,
¿cuantas ballenas mueren anualmente por su culpa?” enfatizó un poco apasionado
y plano especialista.
El astrofísico y pluriacadémico, Doctorado en Ciencias Absolutas e Incuestionables,
de la Universidad Cali, Dagoberto Berto Dago, es más enfático y va directo al
grano: “es hora que la humanidad acepte que la muerte es inevitable… sea por
calor o por frio, igual nos vamos a ir todos cortados”. Da para meditar y para parar el hueveo en seco, sin duda alguna.
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